Fotógrafas interesantes: Colita

Hace poco me sorprendió la noticia de que moría Isabel Steva Hernández, más conocida como Colita. Hace unos años fui a ver una exposición suya y me encantó, me sorprendió y me cautivó. Cómo retrata a la Barcelona de los años 60 y 70. El mundo de los gitanos del Somorrostro, el barrio Chino, Las Ramblas, la arquitectura modernista y las diferentes caras de Barcelona que se estaba abriendo al mundo fueron objetivo de su cámara, de su visión.

Bajo el mentoraje de fotógrafos de gran calibre de la época como Català Roca, Maspons, Julio Ubiña o Miserachs, entre otros, se inició en la fotografía cuando volvió de estudiar un año Civilización Francesa en la Sorbona, en París. Pero fue durante el rodaje de la película Los Tarantos donde conoció a Carmen Amaya. Esto hizo que se interesara por el mundo del flamenco y se mudó a Madrid, donde siguió su trabajo en ese ámbito y donde conoció a La Chunga y Antonio Gades, dos referentes en el mundo del flamenco. A raíz de eso viajó a Andalucía y fruto de ese viaje publicó un libro mítico: Luces y Sombras del Flamenco.

Volvió a su Barcelona querida, cuando ya estaba coleando el final del Franquismo, colaborando en varios medios de prensa como fotogramas. También hizo trabajos para carteles de la Nova Cançó para cantantes como Joan Manel Serrat o Nuria Feliu.

Feminista y progresista, se unió al movimiento de Izquierdas Gouche Divine (movimiento de intelectuales, profesionales y artistas de izquierda que surgió en Barcelona durante los años sesenta y comienzos de los setenta, mezclados con miembros de la burguesía catalana), donde realizó varios retratos de sus representantes y organizó una exposición, que fue clausurada rápidamente por la policía.

Durante la transición se dedicó a fotografiar la vida social y cultural de Barcelona para varias publicaciones, como Interviú, para así documentar la evolución que estaba sufriendo la ciudad a lo largo de los años.

Entre otros premios que le han otorgado en su vida, en 2014 le dieron el Premio Nacional de Fotografía, que rechazó a modo de protesta por cómo estaba sufriendo (y todavía sigue) la cultura en España.

Más de cuarenta y cuatro años de profesión, una treintena de publicaciones fotográficas y unas cincuenta exposiciones, la larga trayectoria de Colita es lo que la ha convertido en una de las mayores representantes de la fotografía crítica española.