L’Escala es un pueblo de la costa brava y, como tal, en los meses de veranos está a petar. A partir de la segunda quincena de septiembre, la cosa empieza a aflojar y es cuando puedes encontrarte a la gente del pueblo, de toda la vida.

Como esta señora.

Peculiar, pero simpática. Me sacó la lengua cuando vió que la miraba y entonces le hice las fotos. Casi posó para mi como una sirena rosa recién salida del mar.

Mis respetos a una señora de su edad capaz de meterse sola en el mar ayudándose de su bastón.