Roma, Febrero 2017

Callejear por Roma puede ser muy cansado, sobretodo si no llevas el calzado adecuado, yo acabé lesionado, además, todo son adoquines. Como curiosidad: las aceras no son del ayuntamiento, si no que cada bloque o casa se encarga de su parte de acera. De ahí que haya zonas mejores qué otras. O eso me han contado…

La cuestión es que cuando llegamos a esta plaza, muy amplia con un obelisco en medio, mi pié izquierdo estaba algo dolorido. El obelisco es uno de los más antiguos de Roma y es egipcio, pero egipcio de verdad! del S. XIII a.C. (eso es más o menos del año -1200). Dedicado a Ramses II tiene varias inscripciones que seguro que en wikipedia explica qué son.

Nos sentamos, por que leímos que mirando desde la base del obelisco hacía gracia mirar las dos iglesias que hay justo en frente. Las iglesias gemelas las llaman. La mala noticia es que había una en obras y no pude ver lo que comentan de sus diferencias y semejanzas. Una pena.

Después de descansar un rato mi pié estaba mejor y seguimos por la Via del Corso, la que queda entre las dos iglesias. Una calle muy larga, que atraviesa todo el centro de Roma hasta la Piazza Venezia, donde está el monumento a Victor Manuel II.

Pero como todo camino, también hay cosas interesante mientras lo recorres, como músicos callejeros, ver la Piazza di Spagna desde el final de la Via Condometti con la iglesia de Trinitá dei Monti o las típicas garitas de la policía italiana.

La calle es larga… pero merece la pena pasar por ella e ir a ver la Columna Trajana… NO! error, pensé que era la columna trajana, pero es la columna de Marco Aurelio, básicamente es lo mismo pero construido 70 años después, allá por el 190 d.C.

También entramos un momento en un sitio, así random, que me pareció curioso, primero pensé que era un claustro, pero resultó ser un patio, muy bonito, de un palacio que se llama Palazzo Doria, que, según wikipedia, es un palacio privado de una familia noble que además es galería de arte. No entré a la galería de arte, pero si que estuve un rato observando el patio tan bonito.

Y por fin llegamos a la Piazza Venezia, pero eso…. eso es otra historia.